Información Tecnológica empresarial y medio ambiente

Archivo para agosto, 2011

América: Paraísos en peligro de extinción

América: Paraísos en peligro de extinción

América: Paraísos en peligro de extinción

Santa Rosa de Agua , ubicado a la orilla del Lago de Maracaibo, en el occidente de Venezuela, se levanta una extraordinaria comunidad costera de pescadores, llamada Santa Rosa de Agua. Último paraíso donde investigadores, estudiantes universitarios y turistas se deleitan con la maravillosa biodiversidad que se encuentra en el único bosque de Manglar que sobrevive en esa región Venezolana.

 

Una gran extensión de manglares se encuentra en este refugio forestal, donde los pobladores se han convertido en los grandes pescadores del Lago de Maracaibo. Los caños que circundan sus calles y caminos, le dan una identidad única a esta localidad maracaibera.

Pero esta belleza se encuentra amenazada por el gran problema ambiental del planeta, la contaminación por plástico. Años atrás, en el 2009, Azul Ambientalistas, a través de su espacio de denuncia “Atención Ambiental”, dio a conocer esta situación sin haber sido escuchado. Las consecuencias de esto son graves, ya que los distintos caños que circundan a este ecosistema van mermando, disminuyendo considerablemente los bosques de manglar que aquí se encuentran.

A esto le tenemos que agregar otro problema recurrente y que al parecer no tiene solución alguna, es la aparición de la “Lemna SP” o “Lenteja de Agua”. Esta es una serie de flores acuáticas que se reproducen a un ritmo muy acelerado y es capaz de absorber todo tipo de nutrientes. Gracias a la gran cantidad de contaminantes la que existe en el Lago de Maracaibo pueden considerarse como “obesas” por el gran tamaño que presentan, trayendo graves consecuencias al equilibrio ambiental del estuario.

Gracias a que las corrientes del Lago de Maracaibo llegan a Santa Rosa de Agua, cada vez que aparece la Lemna, toda la costa de esta población se ve “adornada” por una gran alfombra verde. Esto genera una acumulación de la misma en grandes cantidades y descompuestas, impidiendo el normal desarrollo de los procesos biológicos.

A pesar del gran trabajo que hay que hacer en este reservorio forestal, siempre existen personas y organizaciones que buscan construir un mundo mejor. Ese es el caso del Centro de Educación Popular “Jesús Rosario Ortega”, quienes se han organizado y establecieron un Centro de Acopio, donde los pobladores pueden depositar los distintos desechos de plástico, vidrio y papel para así disminuir la cantidad de residuos sólidos en la comunidad. Y además han organizado una serie de brigadas y eventos para solventar el problema de la Lemna. Pero este esfuerzo, aunque muy necesario, no es suficiente.

A pesar de que Santa Rosa de Agua fue declarada un Área Bajo Régimen de Administración Especial (mejor conocida por sus siglas ABRAE), por ser una zona boscosa que debe estar bajo protección, ninguna autoridad ambiental se ha abocado a solventar sus problemas. Si los organismos gubernamentales, en alianza con la comunidad, no se dedican a salvar a este maravilloso ecosistema, podríamos en un futuro presenciar la muerte del último reducto maracaibero del manglar.

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Computación en la nube

 Computación en la nube

Computación en la nube

En realidad no nos vamos a referir a esas nubes que están en el cielo y que muchas veces lo que anuncian es tempestad. Nos referiremos a la nube informática que viene anunciando ahorro, sustentabilidad ambiental, en el uso del tiempo y otros recursos, y flexibilidad cuando de almacenar y accesar a información se trata.

 

 

La nube es el nombre que se ha dado a un espacio físico donde puedes acceder para almacenar información de igual forma como  lo haces cuando usas tu computadora y sus periféricos para tal fin, pero en Internet, con todas las ventajas y desventajas que esto acarrea. Es realmente ventajoso porque puedes acceder a tu información desde cualquier parte del mundo en que te encuentres, fácilmente, y puedes compartir información a nivel mundial, ahorrando tiempo, recursos y disminuyendo la contaminación; pero, ¡ojo! la información ya no te pertenece porque la almacenaste en servidores externos, tienes acceso a ella siempre y cuando tengas acceso a internet, y puede ser blanco de piratería informática eventualmente. La velocidad del acceso a tu información será mayor o menor dependiendo del ancho de tu banda pero siempre será menor a la velocidad que te impone tu disco duro.

A pesar de estas últimas desventajas citadas -siempre en un análisis hay que considerarlas- te invitamos a dar un paseo por la nube informática y a evaluar su uso como práctica empresarial sustentable.

La nube
¿Por qué les dio por llamar nube al espacio? Este nombre viene de esa imagen visual que s expresa a través del verbo cuando expresamos tener la información “allá arriba”, “guindada”, “en la nube”, virtualmente hablando. Esto es equivalente a decir tener la información en la nube de internet. Así se habla de subir o bajar información, cargarla o descargarla, en fin, nada del otro mundo, un cambio en la terminología conocida pero si usando un sitio diferente para almacenarla.

Más allá del concepto de la nube, tenemos el de Tecnologías Verdes que engloba a la nube y a otras tantas tecnologías que hacen un uso eficiente de los recursos computacionales minimizando el impacto ambiental, maximizando su viabilidad económica, asegurando deberes sociales y promoviendo el reciclaje computacional.  Por contraste, las otras tecnologías se conocen como consumidoras de energía y productoras de desperdicios ambientales.

Lo esencial desde el punto de vista ambiental es que estas las tecnologías verdes no solo reducen el consumo de energía sino que también reducen la emisión de dióxido de carbono. Cuando hablamos de computación en nube “cloud computing”, virtualización o computación grid, estamos hablando de tecnologías verdes.

Toneladas menos de emisiones

El Carbon Disclosure Project (CDP) -Proyecto de divulgación del carbono- en su informe titulado «Cloud Computing: la solución de IT para el Siglo 21«, ha apuntado el gran ahorro en emisiones de dióxido de carbono  -gas con efecto invernadero- que la computación en nube puede proporcionar. El CDP es una organización internacional independiente sin fines de lucro que mide emisiones de gases con efecto invernadero, eficiencia de uso de agua y estrategias de cambio climático en miles de organizaciones en todo el mundo, posee la mayor base de datos de cambio climático corporativo del mundo, acopia data y la suministra como base de información necesaria para la toma de decisiones financieras y la definición de políticas empresariales.

En su informe, CDP ha establecido que “para el año 2020 las empresas de los Estados Unidos con ingresos superiores a US $ 1 mil millones acelerarán la inversión en servicios públicos y privados en la “nube” al 69% de los presupuestos de su infraestructura, plataformas y software que podrían ahorrar 85,7 millones de toneladas métricas de CO2 anuales, el equivalente a casi 200 millones de barriles de petróleo. De igual manera esa acción representaría en ahorro energético anual un monto de U$S 12.3 millones. Según la investigación del CDP, la computación en nube puede ayudar a las organizaciones a reducir su consumo energético y sus emisiones de CO2, ahorrando a la vez tiempo y dinero, y aumentando la eficiencia operativa.

Uno de los investigadores del informe, Stuart Neumann, establece un ejemplo claro e ilustrativo con una empresa de alimentos y bebidas con ingresos de $ 10 mil millones que después de transferir su aplicación de recursos humanos a una “nube” pública podría reducir las emisiones de CO2 en 30.000 toneladas métricas en poco más de cinco años. Los beneficios financieros de un uso más eficiente de hardware, el consumo de energía reducido en centros de datos y un equipo de apoyo reducido significa que las empresas pueden lograr un retorno de la inversión en menos de un año.

¿De dónde provienes las emisiones ahorradas?

Las emisiones que nos podemos ahorrar al implantar la computación en nube vienen asociadas al mejor uso de la energía eléctrica, tanto en los trabajos como en los centros de datos, como del aumento de la eficiencia de los servidores y equipos en red; también se asocia a la accesibilidad de data e información desde donde estás, sin necesidad de trasladarte, disminuyendo así el consumo de combustibles fósiles por uso de vehículos automotores.

El mayor impacto de la computación sobre el ambiente, o obstante, lo asocian a las emisiones generadas por la electricidad necesaria para ejecutar el hardware físico de computación.

En Venezuela pueda que no estemos totalmente en las nubes, pero quien no conoce sobre esta posibilidad, bien valdría la pena que la investigue y la evalúe. Se espera que para el año 2020 la computación en nube represente el 69% de la inversión en tecnología de la información, por encima del 10% que representa en la actualidad. Probablemente dentro de algunos años habrá un monitor, un teclado y una especie de enchufe inteligente, nada más.

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Aportes a las discusiones sobre centrales hidroeléctricas en la Amazonía

Aportes a las discusiones sobre centrales hidroeléctricas en la Amazonía

Aportes a las discusiones sobre centrales hidroeléctricas en la Amazonía

A propósito de la insistencia del gobierno brasilero de construir el Complejo Hidroeléctrico de Belo Monte y las propuestas de construcción de varias centrales hidroeléctricas en la Amazonía peruana presentamos algunos planteamientos que contribuyan a que la sociedad global pueda participar activamente en el diálogo social sobre este importante tema con repercusiones directas sobre el destino de la Amazonía y sus pobladores locales.

 

 

Según Chávez (2005) los beneficios locales y regionales de las centrales hidroeléctricas son: Disponibilidad de energía eléctrica local, mayor producción y diversificación agrícola y sustitución de generación termoeléctrica. Así mismo los beneficios multinacionales son: integración binacional, incremento de exportaciones, reducción de importaciones y generación de empleos, entre otros. No obstante, líderes indígenas mencionan que la motivación sería más para atender intereses externos que de las poblaciones locales.

Pero tan importante como conocer los beneficios (reales o proyectados) también es importante conocer los impactos negativos (reales y previsibles).
Según la Comisión Mundial de Represas – CMR (2000), los impactos en el ecosistema se pueden clasificar en:
Impactos de ´primer orden’: que implican las consecuencias físicas, químicas y geomorfológicas de bloquear un río y alterar la distribución y periodicidad naturales de su caudal;
Impactos de ‘segundo orden’: que implican cambios en la productividad biológica primaria de ecosistemas, incluyendo efectos en la vida vegetal fluvial y ribereña y en el hábitat río abajo, como humedales;
Impactos de ‘tercer orden’: que implican alteraciones en la fauna (como peces) debido a un efecto de primer orden (como bloquear la migración) o a un efecto de segundo orden (como disminución en disponibilidad de plancton).
Los impactos también pueden ser clasificados como económicos, sociales y ambientales, o directos o indirectos. Se aclara que en ocasiones un impacto  puede ser de difícil clasificación porque tiene que ver con dos o tres categorías.
Impactos ambientales:
•    Deforestación directa del área y del trazado de las líneas de transmisión. Para Carrere (2001) las represas constituyen una de las principales causas directas e indirectas de pérdida de bosques. La deforestación también se incrementa de manera indirecta pues con la apertura de caminos para el paso de maquinarias y otras infraestructuras obliga a tumbar más bosques y abre la puerta a los traficantes de madera. A su vez los desplazados destruyen más bosques para su reasentamiento eliminando más biodiversidad (Castro, 2005).
•    Pérdida de diversidad biológica (flora y fauna) en el área embalsada
•    Pérdida de ambientes para aves y mamíferos, eliminación de las barreras naturales para mamíferos acuáticos
•    Pérdida de áreas de crecimiento de especies de peces
•    Afectación de flujos migratorios de peces
•    Pérdida de áreas de desove
•    Interferencia en la deriva de huevos, larvas y alevines de especies migratorias
•    Aumento de mercurio en los peces (en el embalse y principalmente río abajo)
•    Contaminación por herbicidas para el mantenimiento de las líneas de transmisión,
•    La retención de sedimentos y la erosión de las riberas del río.
•    Disminución del caudal de los ríos
•    Modificación del nivel de las capas freáticas
•    Modificación de la composición del agua embalsada
•    Modificación del microclima
•    Producción de gas sulfhídrico por descomposición de la vegetación y malos olores
•    Agotamiento del oxígeno en el fondo del lago y proporcionando las condiciones para la generación de metano (un potente gas de efecto invernadero), para la transformación del mercurio en su forma metílica venenosa, y para la muerte de los bagres migratorios (Fearnside, 2009)
•    Las represas en regiones tropicales provocan una eutrofización más alta debido a la descomposición de grandes cantidades de biomasa sumergida. Ello provoca la proliferación de maleza acuática y de cianobacterias tóxicas (Fearnside, 2009).

Impactos económicos:

•    Afectación de las actividades de aprovechamiento de recursos  naturales
•    Reducción de la disponibilidad de especies de mayor valor comercial
•    Reducción gradual de la pesca
Impactos sociales:
•    Alteraciones de la calidad de vida de la población,
•    Afectación de las comunidades y poblaciones ribereñas.
•    Desplazamiento de  personas
•    Traslado de poblaciones que no cuentan con títulos de propiedad
•    Aumento del riesgo de inundaciones
•    Sumersión de tierras cultivables
•    Incremento de enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla, el dengue, leishmaniosis, esquistosomiasis  y ceguera (oncocerciasis) -por multiplicación de vectores de enfermedades. Indirectamente también afectan en el incremento de enfermedades como tuberculosis, sarampión, disentería,  viruela, erupciones en la piel, cáncer, sífilis y SIDA producto tanto de la atracción de población en la fase de construcción e implementación.
Una de las razones por la que se ha promovido el desarrollo de infraestructura energética a partir de centrales hidroeléctricas es que constituiría una fuente energética “limpia”. Un amplio debate científico que se está dando al presente indicaría que esto no es así. Los estudios científicos indican que la descomposición de la materia orgánica en los embalses produce cantidades significativas de gases de efecto invernadero: dióxido de carbono, metano y óxido nitroso como consecuencia de la descomposición y putrefacción de la biomasa (Castro, 2005).
St. Louis et al.  (2000), citado por Duch y Colaboradores, publicaron un artículo en la Revista Bioscience donde observaban que las emisiones de los embalses constituían 7% del impacto total del calentamiento global debido a la emisión de metano y dióxido de carbono causado por la descomposición de plantas acuáticas, algas y materia orgánica, sobre todo en las zonas tropicales. El impacto de los embalses tropicales puede ser mucho más alto incluso comparado con las plantas más contaminantes de combustibles fósiles (International Rivers, s.f.).
Como resultado de las serias observaciones el presidente de Brasil recientemente acaba de anunciar un ‘revolucionario’ modelo de central hidroeléctrica que va a evitar impactos en los bosques basado en el modelo de plataformas petrolíferas (EFE, 2009). Desde las propias autoridades ambientales peruanas se ha planteado la necesidad de revisar el costo beneficio de estas obras con la finalidad de tomar la mejor decisión (García, 2009).

Dado el conjunto de evidencias se requiere entonces generar un profundo proceso de discusión pública como corresponde a un gobierno democrático. Nunca es tarde si es que en verdad se quiere avanzar hacia un ejercicio ciudadano de aproximación permanente hacia la sustentabilidad. Autoridades, líderes, dirigentes (hombres y mujeres) tienen la palabra.

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Escondiendo el CO2

Escondiendo el CO2

Escondiendo el CO2

A diferencia de lo que ocurre habitualmente con las directivas europeas, que España traspone al ordenamiento nacional con meses, incluso años, de retraso, la centrada en la captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2) ha sido franqueada con una celeridad pasmosa.. De hecho, el nuestro ha sido el primer país europeo en transponerla, y desde el 29 de diciembre de 2010 contamos con la Ley de Almacenamiento Geológico de Dióxido de Carbono.

 

En estos momentos, seis países, entre ellos el nuestro, tienen en marcha proyectos de secuestro y almacenamiento de CO2 (CCS, por sus siglas en inglés). Una tecnología cuya finalidad es atrapar el dióxido de carbono emitido en centrales térmicas, refinerías de petróleo, cementeras o siderúrgicas, conducirlo por tuberías e inyectarlo en el subsuelo, dejándolo confinado en “almacenes” de roca. Muchos gobiernos de la UE califican de “imprescindible” el CCS en la lucha contra el cambio climático (se prevé que permita neutralizar hasta el 90% de las emisiones de CO2 de las térmicas), y también gusta a las industrias, al ayudarles a reducir su factura en certificados de emisiones de CO2.

Según la Agencia Internacional de Energía, la captura y almacenamiento de CO2 podría representar para el año 2050 un 20% de la reducción de emisiones planeada. Siempre, claro está, que la tecnología esté disponible a tiempo. De momento está dando sus primeros pasos. El horizonte que contempla la Comisión Europea es que en 2015 se demuestre su utilidad y que en 2020 comiencen las explotaciones comerciales. Por tanto, habrá que esperar unos diez años para que las primeras plantas de CCS empiecen a operar. Sin embargo, el lapso de tiempo del que disponemos para hacer frente al cambio climático es cada vez menor.

Esta es una primera razón que pone en entredicho la apuesta por la tecnología CCS. Pero no es solo que vaya a llegar demasiado tarde, es que su desarrollo va a costar millones de euros; un dinero que bien podría dedicarse a apoyar a las tecnologías de generación eléctrica verdaderamente limpias, que no emiten CO2, Y con el apoyo público y la financiación adecuada resultarían plenamente competitivas en un plazo de tiempo mucho más cercano (algunas ya lo son). El secuestro y almacenamiento de carbono supone, además, seguir apostando por los fósiles para generar electricidad. El “combustible” del que se abastecen estas plantas es el CO2 liberado por térmicas e instalaciones industriales, y no parece lógico pensar que las futuras plantas de CCS, cuyo coste ascenderá a muchos millones de euros, vayan a ser diseñadas y construidas solo para operar unos pocos años.

La propia tecnología CCS entraña riesgos para el medioambiente y la salud. Para captar el CO2 y llevarlo a su destino bajo tierra, primero hay que separarlo de los otros contaminantes emitidos por las centrales, y en este proceso pueden liberarse sustancias tan peligrosas como las nitrosaminas (son cancerígenas), como ocurrió recientemente en una planta piloto de Noruega, el país más avanzado en la investigación de la CCS. Otros métodos de separación de los gases se basan en la tecnología de post-combustión refrigerada, en la que interviene el amoníaco. O en la oxicombustión, en el que la combustión se realiza con oxígeno y no con aire, como ocurre en el proyecto Compostilla (El Bierzo, León), el de mayor envergadura que se lleva a cabo en España y en el que participa tanto el sector público (a través de la Fundación Ciudad de la Energía) como el privado (Endesa y Foster Wheeler Energía).

Además, sea cual sea el método elegido, para atrapar el CO2 es necesario emplear grandes cantidades de energía. Y la tecnología CCS debe garantizar la plena estanqueidad de los kilómetros de tuberías que habrá que construir para transportar el gas desde las centrales hasta los almacenes. También habrá que asegurarse de que el gas (que se licuará para reducir su volumen) quedará bien confinando en el subsuelo. ¿Es esto posible? Los depósitos de CO2 deben reunir condiciones que pocos lugares cumplen. Además de estar a prueba de terremotos, deben localizarse a profundidades que no encarezcan demasiado el proyecto (se considera que unos 800 metros es la profundidad “idónea”), y la roca almacén (piedra caliza y depósitos de gas agotados son las dos opciones principales que se barajan) tiene que estar protegida por una roca “sello”, que impida cualquier riesgo de fuga o escape del gas.

El problema es que la naturaleza es mucho más poderosa que cualquier medida de seguridad humana (acabamos de verlo en Fukushima). ¿Qué ocurriría si por cualquier razón las millares de toneladas de CO2 almacenado se liberarán de pronto? Los expertos que investigan la tecnología CCS argumentan que los depósitos van a estar continuamente monitorizados y no se va a producir ningún escape. Quizá sea así, sin embargo, en 1986 se produjo una catástrofe natural en el Lago Nyos, en Camerún, causada por una pérdida de enormes cantidades de CO2 que le costó la vida a unas 1.700 personas.

Visto costes, riesgos y tiempo necesario para el desarrollo de la tecnología CCS no parece que sea, esta, precisamente, la mejor opción para “salvar” el clima. ¿No sería más lógico que dejáramos de una vez de emitir gases de efecto invernadero en vez de tratar de esconderlos bajo tierra?

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México genera 3.8 millones de toneladas de basura plástica al año: ANIPAC

México genera 3.8 millones de toneladas de basura plástica al año: ANIPAC

México genera 3.8 millones de toneladas de basura plástica al año: ANIPAC

El presidente de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC), Eduardo Martínez Hernández, informó que México genera 3.8 millones de toneladas de basura plástica al año, lo que representa un negocio sustentable tanto para los gobiernos federal, estatales y municipales, así como para la sociedad y las propias empresas que participan activamente en la industria del plástico, misma que genera 20 mil millones de dólares y participa anualmente con 3.2 por ciento del PIB nacional.

 

El dirigente hizo un llamado a seguir las disposiciones oficiales con respecto a la separación de basura, que todos debemos llevar a cabo adecuadamente, ya que en toda la República Mexicana hay 2.5 millones de toneladas anuales de basura plástica que va a los tiraderos.

A escala nacional, señaló, cerca de 2.8 millones de toneladas al año se dejan de reciclar tanto en procesos mecánicos como energéticos y de éstas, en la ciudad de México se dejan de reciclar 950 toneladas por día de basura plástica.

Explicó que se reciclan 515 mil toneladas por año de desperdicios procedentes de bienes duraderos y 422 mil toneladas más de desperdicios de bienes de consumo, es decir, basura plástica.

En todo el país en un año se recolectan tres millones 806 mil 392 toneladas de basura plástica, de las cuales en la capital del país se generan mil 400 toneladas por día y de éstas, explicó, 300 toneladas se reciclan tanto en procesos mecánicos como energéticos, y se exportan 150 toneladas. El 38 por ciento de la exportación de la basura plástica que se recolecta en la ciudad de México es del denominado PET.

Martínez Hernández dio a conocer que de acuerdo con información oficial de 2009 a la fecha, en México se generan alrededor de 95 mil 121 toneladas diarias de basura y la composición de ésta es la siguiente: basura orgánica, 52 por ciento; papel y cartón, 14 por ciento; plástico, 11 por ciento; vidrio, 6 por ciento; aluminio, 2 por ciento; metales ferrosos, 1 por ciento; metales no ferrosos, 1 por ciento; textil, 1 por ciento, y otros (pañales, etc.), 12 por ciento.

Aseveró que las entidades con mayor recolección de basura son: Estado de México, 14 mil 551 toneladas por día; Distrito Federal, 12 mil 707 toneladas; Jalisco, siete mil 46 toneladas; Nuevo León, cinco mil 262 toneladas; Veracruz, cuatro mil 842 toneladas por día; Puebla, cuatro mil 440 toneladas; Guanajuato, cuatro mil 291 toneladas y Baja California, tres mil 562 toneladas cada día.

Estos ocho estados de la República Mexicana recolectan el 60 por ciento del total nacional de basura, precisó el presidente nacional de la ANIPAC.

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El “metrobús” nuclear

El “metrobús” nuclear

El “metrobús” nuclear

En el momento que escribo estas líneas decenas de miles de personas huyen de Fukushima. Lo hicieron en un primer momento por recomendación de las autoridades los que se encontraban en un radio de 10 kilómetros y ahora lo hacen los habitantes de buena parte del Japón simplemente porque son testigos de una situación que se complica hora a hora. Estas decenas de miles de japoneses tienen la mala suerte de no poder escuchar a columnistas, tertulianos y políticos españoles que en estos mismo instantes están escribiendo, declarando, pontificando que lo que ha sucedido en Japón demuestra la vigencia de la apuesta nuclear porque las centrales aguantaron el primer terremoto.

 

Si tuvieran la enorme suerte de sintonizar nuestras emisoras, ver los shows televisivos disfrazados de debates informativos y escuchar a ciertas mentes preclaras del partido de la oposición en lugar de salir corriendo a evitar la radioactividad saldrían a la calle para acercarse hasta su banco y dar órdenes de compra de acciones de las empresas titulares de las instalaciones, centrales que unos vemos saltando por los aires pero que nuestros profetas nucleares ven consolidadas como la tecnología del futuro.

Perdón por la ironía porque detrás hay un drama de cientos de miles de personas pero la respuesta de una buena parte de la opinión publicada en nuestro país provoca tanta  indignación como hilaridad. Cuando uno cree que su capacidad de sorpresa ya está de vuelta siempre la estulticia, el sectarismo y la ignorancia pueden volver a sacudirnos para cuestionarnos si puede ser real lo que estamos escuchando y leyendo. Desde el primer “experto nuclear” que apareció la noche del viernes en una pantalla de televisión diciendo que en ningún caso iba a suceder lo que inexorablemente ha ido ocurriendo a continuación el desfile de despropósitos, palos de ciego, falsedades ha sido continuo. Al que se atreve a decir que sus ojos están viendo que el rey está desnudo, es decir, que las centrales están fuera de control, le acusan de zafio oportunista. —“Oiga, es que hay una explosión detrás de otra”; —“No, mire usted, las centrales han aguantado muy bien el terremoto luego ha venido lo del tsunami pero eso no cuenta.”

Y así decenas de tertulianos, decenas de expertos, decenas de políticos que se atan una piedra al tobillo para asegurarse bien de hundirse como capitanes de un barco en el que no se les ha perdido nada.  Y en esto llegó Esperanza para asegurar que “si resiste (la central) el mayor terremoto de la Historia es que  la energía nuclear es más segura incluso de lo que pensábamos”. Con la tranquilidad de saber de energía tanto como su consejero de transportes de cómo se mueven los madrileños, la Presidenta de la Comunidad de Madrid se convierte en analista de costes y afirma con rotundidad que “un megawatio (se olvida la “h” que corresponde a la energía generada) producido con energía eléctrica (se refiera a la nuclear) cuesta seis euros, con petróleo y gas 60, con energía eólica 90  y si su origen es fotovoltaico 230 euros”. No ha acertado ni una, ni por aproximación.

Primera conclusión: según los datos de la brillante analista, dado que el pasado año las centrales nucleares generaron 61.944.000 MWh (Datos REE) y cobraron de media 37 €/MWh (Datos OMEL) deducimos que obtuvieron 2.291 M€ y si, como dice Esperanza, en realidad solo tuvieron de coste 371 M€, las matemáticas indicarían que han obtenido unos beneficios de 1.920 M€ para las empresas titulares, algo más de un 520% de margen. ¡Y el Gobierno subiendo el recibo de la luz! Sí, las empresas eléctricas ganan mucho dinero con sus viejas centrales nucleares pero su entusiasta fan les está haciendo un flaco favor exagerando lo que son ya unos escandalosos beneficios. Si leyera algunos análisis serios se enteraría de que la producción de una central nuclear de nueva construcción no bajará nunca de los 75/80 €/MWh. Si hubiera consultado las fuentes oportunas sabría además que la eólica cobró en 2010, no 90 €/MWh como dice, si no 76,89 €/MWh las instalaciones acogidas al RD 661  y 72,42 €/MWh las acogidas al RD 436, y así sucesivamente.

Después de la negación del “metrobús”, Esperanza ha dejado pequeña la “metedura de pata” de su consejero con su particular tergiversación de la realidad energética. Es solo una anécdota pero refleja perfectamente la falsedad que domina desde hace tiempo el debate energético y que se consolida como una verdad incuestionable para buena parte de la opinión pública. Lamentablemente la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no tiene el monopolio de la ignorancia en materia energética y lamentablemente a la ignorancia de tantos se suma la desfachatez de otros que irresponsablemente quitan importancia al drama al que estamos asistiendo.

Sí, el “metrobús” existe y lo usan cientos de miles de personas todos los días y sí, lo quieran o no, en las centrales nucleares se producen accidentes. La realidad es así. Cientos de miles de japoneses  lo pueden confirmar.

fayerwayer

Nissan pone en marcha una web para promover una sociedad sin emisiones

Nissan pone en marcha una web para promover una sociedad sin emisiones

Nissan pone en marcha una web para promover una sociedad sin emisiones

 

La empresa explicó que esta iniciativa forma parte del proyecto global para hacer realidad una sociedad sin emisiones contaminantes y posibilita que los usuarios disfruten de esta meta a la que Nissan aspira llegar a través de los vehículos eléctricos.

Este juego posee, de manera inicial, cuatro niveles, aunque más adelante se añadirán más pantallas a medida que sean necesarias. La marca nipona ofrecerá estos sitios web a las ciudades y organizaciones asociadas para promover que la sociedad de emisiones cero sea una realidad.

 

 

 

 

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Junta incentiva el cambio de más de 24.000 equipos de climatización por otros más eficientes

Junta incentiva el cambio de más de 24.000 equipos de climatización por otros más eficientes

Junta incentiva el cambio de más de 24.000 equipos de climatización por otros más eficientes

La Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, a través de la Agencia Andaluza de la Energía, finaliza el próximo 16 de agosto la quinta edición del Plan Renove de Electrodomésticos para la sustitución de equipos de climatización por otros más eficientes, período en el que más de 24.000 familias andaluzas habrán cambiado su aire acondicionado gracias al apoyo público de 5,6 millones de euros, según ha indicado la Junta en una nota, donde precisa que actualmente ya lo han hecho 18.059 familias.

 

 

La Consejería destaca que la renovación de estos equipos por otros de clase ‘A’ está permitiendo «un importante ahorro de energía para la comunidad autónoma, que al final del programa se cifrará en una cantidad de cercana a 4,8 millones de kWh/año, el equivalente a toda la energía que consumen anualmente 970 viviendas».

Del total de solicitudes de subvención contabilizadas hasta el momento, la provincia donde más se ha registrado es Sevilla, con 8.290 solicitudes y una subvención de 1,88 millones de euros. Le sigue Córdoba con 2.780 solicitudes y una ayuda de 615.892 euros, Jaén con 1.699 solicitudes y una subvención de 402.791 euros y Málaga con 1.487 equipos de aire acondicionado solicitados que han recibido una subvención de 366.178 euros.

En la provincia de Granada se han solicitado 1.456 aparatos que han recibido 346.791 euros de ayuda, en Cádiz han sido 1.082 andaluces los que han realizado su solicitud y han recibido 228.519 euros, en Almería 778 solicitudes y 179.080 euros de subvención y en Huelva han sido 487 equipos renovados que han recibido una ayuda de 103.052 euros.

La subvención ofrecida a través del Plan Renove de Electrodomésticos ha llegado hasta el 25 por ciento del coste del aparato, con un máximo de 400 euros por equipo cambiado.

COMERCIOS ADHERIDOS

Por otro lado, el número de comercios adheridos en esta quinta edición del Plan Renove de Electrodomésticos, que se han identificado adecuadamente con los distintivos facilitados por la Agencia Andaluza de la Energía, ha alcanzado los 1.809, distribuidos por las diferentes provincias andaluzas.

De esta forma, Sevilla cuenta con 421 establecimientos, Málaga con 279, 276 en Córdoba, 225 establecimientos en Jaén, 189 en Cádiz, en Granada se adhirieron 173 comercios, 137 en Almería y por ultimo, en la provincia de Huelva, 109.

Los establecimientos participantes son los encargados de presentar la solicitud de la subvención en nombre del ciudadano, que recibe el descuento Renove en el mismo momento de la compra. Los equipos sustituidos son retirados por el comercio sin coste alguno para el comprador, que los entrega a un gestor autorizado.

PLAN RENOVE DE ELECTRODOMÉSTICOS

La Junta ha precisado que estas subvenciones para los equipos de aire acondicionado cierran la quinta edición del Plan Renove, tras casi cinco meses en los que la Consejería de Economía ha puesto a disposición de los andaluces 17,76 millones de euros en ayudas para el cambio de electrodomésticos, tanto de gama blanca (frigoríficos, congeladores, lavadoras, lavavajillas y hornos), como de equipos de climatización.

En esta edición, los ciudadanos han recibido una subvención de entre 85 y 125 euros al cambiar sus electrodomésticos de gama blanca por otros más eficientes y el 25 por ciento del coste, con un máximo de 400 euros, para los equipos de aire acondicionado.

Así, 145.809 andaluces ya han cambiado sus equipos menos eficientes por otros de clase ‘A’ o superior, lo que supondrá un ahorro global para la Comunidad de 35.600 MWh al año, el equivalente a toda la energía que consumen anualmente 7.134 viviendas y que se evite la emisión a la atmósfera de 13.130 toneladas de CO2.

El aparato que más se ha cambiado en los hogares andaluces ha sido la lavadora –la segunda consumidora de energía en una vivienda–, con un 42 por ciento de las solicitudes recibidas (60.645). Le ha seguido el frigorífico, con un 27 por ciento, que ha supuesto el cambio de 39.182 aparatos; y en tercer lugar el aire acondicionado con 18.059 y un 12 por ciento de las peticiones de subvención.

En la lista sigue el lavavajillas, con 14.890 solicitudes, un 10 por ciento. Los hornos representan el cinco por ciento de las solicitudes y ha sido sustituido por 7.519 familias andaluzas. Los congeladores se localizan en último lugar con 5.514 solicitudes, un cuatro por ciento del total.

En la distribución provincial, el mayor número de solicitudes recibidas se ha localizado en Sevilla,  con  37.226 solicitudes. Le ha seguido Málaga con 21.969, Cádiz  con  19.904, Córdoba  con 19.138 solicitudes, Granada  con 15.879, Jaén  con 12.711, Almería con 9.939 y Huelva  con 9.043 solicitudes.

El Plan Renove de Electrodomésticos 2010-2011 forma parte del convenio suscrito con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), para impulsar la eficiencia energética en sectores como el doméstico.

La Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, a través de la Agencia Andaluza de la Energía, ya trabaja en la puesta en marcha de la próxima convocatoria de este Plan, con el que se espera «repetir el éxito de años precedentes, que han demostrado un destacado interés de la ciudadanía andaluza en su apuesta por la eficiencia y el ahorro energético a través de la sustitución de electrodomésticos».

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